El domingo 8 de mayo amanecía un día grande para todos los pequeños cofrades. Y es que tenía lugar la II Semana Santa Chica, que otro año más recorrió nuestro pueblo. Este año se incorporaban nuevos pasos, como el Nazareno, del escultor F. Vargas, o la Piedad. A la Virgen del Rosario de A. Sillero, se le bautizó como Virgen de la Soledad, y en el triunfo del Paseo tuvo un precioso encuentro con su hijo, el Nazareno, meciéndose cara a cara.
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